sábado, 22 de marzo de 2008

RODRIGO LARA BONILLA (1946-1984)


Rodrigo Lara Bonilla, es un hombre recordado por la pasión con la que ejerció su labor como Ministro de Justicia, durante el gobierno de Belisario Betancourt. Durante esta época, Colombia vivió una de las etapas más desgarradoras de su historia. El narcotráfico, que ya había empezado a dar sus primeros frutos, inicio una serie de ataques en contra del estado y de todos aquellos que manifestaran no estar de acuerdo con la mafia y declaran su lucha para acabar con este negocio.

En Colombia existieron dos grandes grupos que lideraban estas organizaciones delictivas y narcotraficantes, uno de ellos era el Cartel de Cali, y otro el Cartel de Medellín encabezado por Pablo Escobar. Este último era quizá el cartel más grande, poderoso y peligroso que pudo existir durante esta época llena de incertidumbre y miedo constante, pues Pablo Escobar no dudo nunca en emprender una guerra en contra del Estado y de aquellos que representaran el Estado justo, luchador y transparente del momento.

Del mismo modo, la mafia durante este momento histórico empezaba a exigir otro tipo cosas, como era un reconocimiento político, por ello querían incursionar en la vida política de cualquier forma, más bien querían sentir y hacer ver a la sociedad que el narcotráfico era mucho más de lo que se imaginaba y que tenía muchos más nexos con la política de lo que la gente pensaba. Pues bien, el narcotráfico y en general el negocio de la mafia llego a tal punto que fue penetrando dineros sucios a las campañas políticas de alcaldes, gobernadores, presidentes entre otros representantes de la política colombiana.

Todo ello sumado al control que lograron sobre las autoridades locales y nacionales, y las constantes amenazas sobre personas civiles, políticos y militares les daba un sentido de pertenencia a la mafia, pues llegaron a tener la capacidad de emboscar sorpresivamente a sus oponentes más fuertes.

Uno de sus oponentes con más carácter fue Rodrigo Lara Bonilla, que desde el ministerio de justicia hizo frente a los narcotraficantes, especialmente a Pablo Escobar, dirigente del cartel de Medellín. Rodrigo Lara siempre fue un hombre muy radical en sus afirmaciones apasionadas y enérgicas en contra del narcotráfico, es por ello que quiero hacer mención de sus más profundas e importantes pronunciaciones:

“He sido amenazado de muerte. No cederé en la lucha contra el narcotráfico. Que tal que el ministro de Justicia estuviera muerto de susto con las amenazas que le hacen. Hay riesgos que se deben asumir en la vida y por eso me he sentido más fuerte que nunca”… [1]

...”Soy un ministro peligroso para quienes están por fuera de la ley…”
[2] “no me han matado porque no les conviene. Contra los asesinos no hay precauciones que valgan. Pero esto hay que seguirlo. El país no puede dejarse dominar por esos bandidos”[3]

Todas estas acusaciones en contra de la mafia hicieron de Rodrigo Lara un hombre blanco de todas las miradas del narcotráfico. Es por ello que muchas veces el anuncia que ha sido amenazado de muerte porque precisamente es eso lo que resulta ser para la mafia: una amenaza, un obstáculo en el camino de la ilegalidad.

Es de esta forma que el narcotráfico, especialmente Pablo Escobar se cansa del ministro y de sus continuos ataques, tanto verbales como físicos (destrucción de los laboratorios en Yarí y Tranquilandia) y empieza a organizar un crimen que le quite la vida a Rodrigo Lara Bonilla.

Su crimen organizado, como se le llamo, inicia con las acusaciones que se le hacen al ministro Lara Bonilla en la Cámara de Representantes, dos días después de su posesión, por la presencia de dineros de la mafia en la política. Al ministro se le acusaba por haber recibido un cheque de Evaristo Porras para financiar su campaña política en el Huila, y como prueba de ello presentaron una grabación en la cual Lara Bonilla sostenía una conversación con Evaristo, en un ascensor, sobre actualidad nacional.
Sin embargo, este hecho no sirvió de mucho, pues el ministro no se retiro de su cargo y lo que hizo este episodio en la Cámara fue aumentar el deseo de lucha contra los grupos traficantes.

Es así como Pablo Escobar y su cartel delictivo y narcotraficante hace efectivo el macabro asesinato de Lara Bonilla el 30 de abril de 1984 a las 7:30 de la noche cuando se dirigía a su casa por la calle 127, cruce con el puente sobre la Autopista, al norte de Bogotá. Su muerte estaba más que anunciada, debido a que ese día en la mañana recibió una llamada del director de la policía, quien le anuncio que se estaba organizando un atentado en su contra y que posiblemente se llevaría a cabo esa semana.

Móviles del crimen: El pago de doce millones de pesos por la ejecución del magnicidio.
Autores intelectuales: Los capos del cartel de Medellín, Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, alias “El Mexicano”, jefe militar del cartel y muerto posteriormente en un operativo militar. Causas: Porque estorbaba, dificultaba, entorpecía y perseguía la actividad y maquinaciones del cartel en el estupendo y jugoso negocio de embrutecer, idiotizar y en
[1] La República, septiembre 18 de 1983
[2] Frase pronunciada el 27 de agosto de 1983 y citada en El Tiempo el 1 de mayo de 1984
[3] El Espectador, miércoles 2 de mayo de 1984

5 comentarios:

Juan José dijo...

Probablemente Lara encarna de la mejor forma el comienzo de la toma de conciencia de ciertos sectores de que a la corrupción y las mafias instaladas en el Estado habpia que extirparlas. Lo triste es que aún no se ven esos frutos. 4.5.

Anónimo dijo...

que dolor da recordar esto , por que hombre como lara bonilla y galan necesitaba el pais apasionado por el pais y el progreso para todos, colombia se hubiera evitado muchos dolores y miseria en la que nos encontramos.lastima que los colombiano sigamos apoyando la corrupcion que existe en la politica y lo que la conformas , no massssssssssssssss

Anónimo dijo...

APASIONADO PERO SIN NINGUNA PRUEBA, PERO CONTRA EL NO HABIA PASION, HABIA PRUEBAS FISICAS SIMPLEMENTE QUEDA EN TELA DE JUICIO SI ESTOS DOS POLITICOS NO ERAN MAS QUE OTROS DOS POLITICOS CORRUPTOS QUE LE ROBABAN LA PLATA AL PAIS MANEJANDO LA "PASION" DEL PUEBLO.

Anónimo dijo...

Las grandes eminencias que el país perdió, en esa sangrienta guerra sin precedentes.Era más difícil sacrificar un animal que a un ser humano.

Paulo J. Lara Restrepo dijo...

Gracias por esta reseña. Soy hijo de Rodrigo Lara Bonilla y encontrar blogs así, demuestran que su lucha no fue en vano. Los temas que toco en su momento sobre economia, politica social y sobre justicia siguen siendo vigentes. Lo importante es no dejar de luchar por un mejor pais.

Nuevamente muchas gracias